jueves, 24 de enero de 2013

Fix you

Un día más, aquí estoy, en la puerta. ¿Entro o no? Otro nuevo día en Aburrilandia, población: Tree Hill. Al menos recuerdo que eso pensaba un día tras otro de mi existencia. La chica solitaria, la de la chupa de cuero y el ipod al máximo volumen, la de los ojos verdes. Esa a la que todos miran y nadie ve. Aquella que es capaz de iluminar el mundo con una sonrisa mientras por dentro se quiebra en pedazos. 

La gente siempre se marcha así que, ¿para qué molestarse en conocer a alguien?. Son esfuerzos que no merecen la pena. Prefiero seguir siendo esa chica solitaria en su habitación roja y que vive rodeada del sarcasmo de sus dibujos. Así, todo es más fácil P. Sawyer.

¡Decidido! Hoy entro. A las malas si me aburro en Historia siempre puedo abstraerme en uno de mis libros. De pronto es como si un gran redoble sonara en mi cabeza a la espera de una gran sorpresa. Y de pronto ahí está él. Nuevo, seguro. Si hubiera visto esos ojos antes, creo que me acordaría. Creo que de pronto hay una clase que mi interesa. 

Todo parece ensayado, una de esas cosas a cámara lenta en las que por muy rápido que intentes moverte te sientes anclado . Miro a mi derecha y ahí esta él mirándome, y como si de una película se tratase en mis oídos resuena una frase a través de los auriculares: "...and I will try yo fix you...". No habría momento más perfecto ni ensayado. ¿Coincidencias? ¿Destino? Peyton Sawyer no cree en esas cosas. Ni siquiera cree en la idea romántica del amor, ni en canciones o poemas. Bueno, en canciones quizá si.

De repente puede que ya no quiera ser Peyton Sawyer, la chica solitaria. Puede que sí que quiera que me arreglen, que él me arregle. Quizá Lucas siempre tuvo razón, renovarse o morir. Año nuevo, nueva Peyton. Ahora quiero ser la chica solitaria que sale con el nuevo chico solitario. Peyton Sawyer, ex chica solitaria.


"Tree Hill es sólo un sitio en algún lugar del mundo...Puede que sea parecido a tu mundo. Puede que no tenga nada que ver. Pero si miras de cerca puede que veas a alguien como tú. Alguien intentando encontrar su camino. Alguien intentando encontrar su sitio. Alguien intentando encontrarse a sí mismo...A veces es fácil sentir que eres el único del mundo que está luchando, que está frustrado, o insatisfecho o quedándose atrás. Pero ese sentimiento es mentira. Y si aguantas, si encuentras el coraje para enfrentarte a todo otro día más, algo o alguien te encontrará y hará que las cosas mejoren...Porque todos necesitamos un poco de ayuda a veces. Alguien que nos ayude a escuchar la música del mundo. Para recordarnos que no siempre será así. Que alguien está ahí fuera. Y que ese alguien te encontrará." 

"En este momento hay seis mil millones, cuatrocientos setenta millones, ochocientas dieciocho mil, seiscientas setenta y una personas en el mundo. Algunas corren asustadas. Otras vuelven a casa. Algunas dicen mentiras para llegar al final del día. Otras simplemente están enfrentándose a la verdad. Algunos son hombres malvados en guerra con los buenos. Y algunos son buenos, luchando con los malvados. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces...todo lo que necesitas es una".

"Se dice que existe una palabra que nos libera del peso y del dolor de la vida. Y esa palabra es "amor". Y yo también lo creo. No quiere decir que no haya sido duro, o que no lo será. Sólo quiero decir que encontré calma y mi valentía contigo. Tú me haces sentir valiente. Y voy a amarte hasta el fin de los tiempos. Esa es mi promesa hoy".





martes, 12 de junio de 2012

Wicked game

 
Siempre lo miraba, sin verlo. Cada día de mi vida estaba ahí con sus auriculares, botando esa estúpida pelota. Absorto en sus cosas. Un alma torturada, un artista a su manera.

Aquel día simplemente me apeteció levantar la vista de mi libro, justo a la vez que el la levantaba de esa extraña revista de deportes.  Desde entonces comencé a fijarme más en el, procurando coincidir en los pasillos y lanzándole sonrisas que esperaba que le iluminasen el rostro.

En lugar de que él se fijara en mi, lo hizo el idiota de su amigo que para mi desgracia era todo lo contrario, una de esas personas que intentan cambiarte y consumir tu energía. Una de esas hiedras que te trepan y te envenenan el alma. Donde caben dos, no caben tres.

Dicen que las pirañas van en manada y atacan a objetivos claros y fáciles. Pues bien yo era esa presa fácil, solo que no fui mordida por la piraña esperada. Hasta que me cansé y recordé que el pez grande se come al pequeño. Estaba cansada de ser la rubia que se queda en el agua pataleando cuando gritan tiburón. Así que por una vez me convertí yo en el  tiburón.

¿Quieres saber lo que pienso? Yo creo que a Nathan le gusta la Profesorcita, y a la Profesorcita le gusta Lucas. Y sé que a mi me gusta Lucas…y a ti no tengo ni idea de quien te gusta. 


jueves, 31 de mayo de 2012

Everything burns


Siempre se ha dicho que el fuego purifica, al menos eso se cree desde los albores del mundo. Lo arrasa todo a su paso y tras el, queda solo una gran nada. Suena egoísta pero a veces, ayuda ver que tu mundo no es el único que arde. Cuando eso pasa simplemente  me gusta sentarme a ver las llamas. Algo a lo que para bien o para mal me acabe acostumbrando desde siempre.

Desde que tengo uso de razón  me gustaron los puzzles, quién me llegaría a decir que después de tanto tiempo esta habilidad me ayudaría a encajar los pedazos de mi tantas veces roto corazón. Lo más extraño de todo es que creía que no encontraría jamás un rompecabezas mayor que el mío. Es extraño, pero realmente existía, era real y no sólo era mayor sino que además parecía resolverse con mayor facilidad.

 No lo pudo evitar y me preguntó  el porqué de aquella velocidad por acabar, a lo que simplemente le dije que el truco consistía en sonreír aunque no se tuviese ganas y encajar los pedazos de la forma que los demás esperaban que lo hicieses, de esa manera, así todo va más rápido y evitas futuras reconstrucciones, aunque nunca estas del todo a salvo.

Me encantaba la sonrisa de su cara mientras me miraba, además de aquellos ojos que buscaban algo más, quizá una curva en mis labios que le devolviese el gesto. Mientras resolvíamos su parte del puzzle le pregunté  como había conseguido esa facilidad que parecía tener para resolverlo todo. Aún tengo el eco de esa respuesta resonando en mis oídos: “Aprendí simplemente a no esperar nada de los demás, pese a sus continuas exigencias, a sentirme vacío, a acostumbrarme al frío.”


Hoy he pasado el día con Nathan Scott, un mártir.

martes, 22 de mayo de 2012

Since U been gone


El primer corte siempre es el más profundo, sangramos, duele como ningún otro y en ocasiones incluso pensamos en morir. Más tarde solo queda una cicatriz que nos  recuerda aquel momento, aquella sensación de angustia.

Levanté la vista y de repente lo vi, allí estaba mirandome fijamente y dudando nerviosamente entre si acercarse a saludarme o huir despavorido. Le miré un instante, pensado que aquella cara me sonaba, pero tras pensar un momento decidí que definitivamente no le conocía.

Finalmente decidió acercase después de todo y saludarme con un ilusionado hola al que yo respondí más por cortesía que por verdadero interés. Me preguntó que si no le reconocía a pesar del tiempo, que yo seguía igual que entonces a lo que tuve que contestarle que pensaba que en mi vida lo había visto. 

Tras un rato de conversación y fingido interés sobre lejanas noches y sentimientos para mi vacíos o carentes de sentido tuve que admitir que le conocía. Aún recuerdo las palabras salir atropelladamente de mi boca en un frío susurro:  "Recuerdo quién eres, pero no tu cicatriz". Dicho esto me levanté y seguí despreocupadamente mi camino. 

El primer corte siempre es el más profundo porque es el comienzo de la curación, del renacer, es el primer paso para sanar, en ocasiones lo hacemos tan bien que ni siquiera nos queda esa pequeña marca que nos recuerda que un día el dolor estuvo ahí.